miércoles, 26 de octubre de 2011

INTRODUCCIÓN AL CASO DE JACK EL DESTRIPADOR

Traducción de un texto de www.casebook.org
INTRODUCCIÓN AL CASO (Larry S.Barbee) 
Esta es una breve review de los asesinatos que ocurrieron en Londres hace más de cien años. Muchas de las pruebas originales reunidas en el momento se han perdido, y muchos "hechos" son realmente opiniones de los escritores que han tocado el caso durante el siglo pasado. Muchos aspectos del caso han sido por tanto refutados, y lo que sigue es un sumario del caso en general. Hay muchos libros disponibles para el estudiante del crimen que desee luchar con los muchos misterios asociados con el caso. 
Jack el Destripador es el nombre popular dado al asesino en serie que mató a un número indeterminado de prostitutas en el East End de Londres en 1888. El nombre se originó a partir de una carta escrita por alguien que afirmaba ser el asesino, publicada en la época de los asesinatos. Los crímenes tuvieron lugar en el área de la milla que envuelve los distritos de Whitechapel, Spitalfields, Aldgate y la propia ciudad de Londres. También fue llamado "el asesino de Whitechapel" y "Leather Apron" (mandil de cuero). 
Significancia e importancia
Jack el Destripador ha seguido siendo popular por varias razones. No fue el primer asesino en serie, pero fue probablemente el primero en aparecer en una gran metrópolis en un tiempo en que la población general se había vuelto más letrada y la prensa era una fuerza de cambio social. El Destripador apareció cuando había un tremendo torbellino político y tanto los liberales como los reformistas sociales. al igual que los independentistas irlandeses intentaron usar los crímenes para sus propios fines. Cada día de las actividades del Destripador fue reflejado en los periódicos, así como los resultados de las investigaciones y las acciones llevadas a cabo por la policía. Incluso los sentimientos de la gente que vivía en el East End, y los editoriales que atacaban a los diversos estamentos de la sociedad aparecían cada día para que los leyese la gente de Londres y de todo el mundo. Fue la cobertura de la prensa la que hizo de estos asesinatos "una cosa nueva", algo que el mundo nunca había conocido. La prensa fue también parcialmente responsable por crear varios mitos que rodeaban al Destripador y acabó convirtiendo a un penoso asesino de mujeres en un "coco", que ahora se ha convertido en una de las más románticas figuras de la Historia (*referencia al movimiento romántico del siglo XIX, no a lo que se entiende hoy por romántico). El resto de la responsabilidad es del Destripador. Podría haber sido un asesino en serie sexual, de un tipo demasiado común desde los 90, pero también estaba decidido a aterrorizar a una ciudad y hacer que todo el mundo se fijase en él al dejar a sus víctimas horriblemente mutiladas a la vista de todos. Finalmente, el Destripador nunca fue atrapado y este misterio se añade al romance (*otra referencia al movimiento romántico del s.XIX) y crea un puzzle intelectual que la gente todavía quiere resolver. 
Las Víctimas
No está claro cuántas mujeres mató el Destripador. Es generalmente aceptado que mató a cinco, aunque algunos han escrito que sólo mató a cuatro mientras que otros dicen que siete o más. El público, la prensa, e incluso algunos oficiales de la policía creyeron que el Destripador fue responsable de nueve carnicerías. Las cinco que son generalmente aceptadas como responsabilidad del Destripador son: 
Mary Ann (Polly) Nichols, Viernes, 31 de Agosto de 1888
Annie Chapman, Sábado, 8 de Septiembre, 1888.
Elizabeth Stride, Domingo, 30 de Septiembre, 1888.
Catharine Eddowes, el mismo día. 
Mary Jane (Marie Jeanette) Kelly, Viernes, 9 de Noviembre de 1888.
A parte de estas cinco hay buenas razones para creer que la primera víctima fue realmente Martha Tabram, que fue asesinada el Martes 7 de Agosto de 1888, y hay motivos para cuestionarse si Stride fue una víctima del Destripador. Respecto al número real de mujeres que asesinó el Destripador, Philip Sugden escribió en su excelente libro, La Historia Completa de Jack el Destripador, "No hay una respuesta simple. En una frase: por los menos cuatro, probablemente seis, sólo posiblemente ocho"
Las cinco citadas arriba y Tabram eran prostitutas y fueron asesinadas entre principios de Agosto y principios de Noviembre de 1888. Todas menos Tabram y Kelly fueron asesinadas al aire libre y no hay pruebas de que se conociesen entre ellas. Variaban en edad y en apariencia. La mayoría estaban borrachas o se pensó que estaban borrachas en el momento en que fueron asesinadas.
MODUS OPERANDI
Extrañamente, hasta hace pocos años no se tuvo una completa comprensión del modus operandi del Destripador. El asesino de Whitechapel y su víctima estaban cara a cara. Cuando se levantaba la falda, las manos de la víctima estaban ocupadas y se encontraba indefensa. El Destripador agarraba a la mujer por el cuello y la estrangulaba hasta que quedaba inconsciente, si no muerta. Las autopsias revelaban constantemente claros indicios de que las víctimas habían sido estranguladas. En el pasado algunos escritores creyeron que el Destripador atacaba a sus víctimas desde atrás, pero es una extraña teoría: había riesgo de que pudiesen gritar o defenderse. El Destripador colocaba a sus víctimas en el suelo, sus cabezas vueltas hacia su izquierda. Esto ha quedado probado por la posición de los cuerpos en relación a los muros y vallas que muestran que no había espacio para que el asesino atacase los cuerpos desde el lado izquierdo. No hay golpes en las cabezas de las víctimas, lo que indica que colocaba los cuerpos en el suelo, más que tirarlos o dejarlos caer. Dado el tiempo inclemente y la suciedad de las calles es inaceptable que las prostitutas y sus clientes llevasen a cabo sus transacciones en el suelo. Cortaba las gargantas cuando las mujeres estaba en el suelo. Las manchas muestran que la sangre manaba bajo el cuello y la cabeza de las víctimas más que de la parte frontal, que es donde manaría si hubiesen estado de pie. En un caso se encontró sangre en la valla a unas 14 pulgadas del suelo, y del lado opuesto al de la herida del cuello y eso muestra que la sangre manaba del cuerpo mientras estaba boca arriba en el suelo. Este método también evitaba que el asesino se manchase de sangre. Al cortar la garganta de la víctima de izquierda a derecha, la sangre manaba directamente en dirección contraria a él. Si la víctima ya estaba muerta antes de cortarle la garganta, entonces la sangre no sería demasiada. Entonces el Destripador procedía a las otras mutilaciones, todavía desde el lado derecho de la víctima, o posiblemente mientras se inclinaba sobre el cuerpo, cerca de los pies. En algunos casos las piernas estaban alzadas, lo que reduciría la distancia entre el abdomen y los pies. No se detectó ningún signo de actividad sexual. Normalmente se llevaba alguna víscera de la víctima. Llevarse un "trofeo" es una práctica común entre los actuales asesinos en serie. En opinión de la mayoría de los cirujanos que examinaron los cuerpos, el asesino debía poseer ciertos conocimientos de anatomía para hacer lo que hizo. En un caso extrajo un riñón desde la parte frontal, y no dañó ninguno de los órganos circundantes. En otra ocasión extrajo los órganos sexuales con un limpio golpe de cuchillo. Dadas las circunstancias de los crímenes ( en el exterior, a menudo con oscuridad total, con un ojo pendiente de si se acercaba alguien, y con muy poco tiempor), el Destripador casi seguramente tenía alguna experiencia con el bisturí.
LAS CARTAS DEL DESTRIPADOR
Es comunmente aceptado por los expertos en el caso que ninguna de las letras atribuidas al Destripador fueron escritas por él. Una carta datada el 25 de Septiembre y recibida el 27 en la agencia Central News fue la primera en ser firmada por "Jack el Destripador". Una postal enviada el 1 de Octubre la siguió. Al referirse al "doble evento" la policía pensó que podía ser del asesino, ya que se envió al día siguiente en el cual el Destripador mató a dos mujeres. También se refiere a la carta anterior y debió provenir de la misma fuente, ya que la carta todavía no se había hecho pública. Si la postal se hubiese enviado el 30 de Septiembre, el día del "doble evento", las posibilidades de que hubiese sido escrita por el asesino serían significativamente mayores. El asesino de Whitechapel podria haber escrito la carta y la postal, pero no hay pruebas para suponer que lo hizo y la policía estaba convencida de que eran obra de un periodista. Un documento descubierto recientemente indica que un periodista de Central News Agency, Tom Bulling, las escribió.
Otra carta podría haber sido escrita por el asesino. A mediados de Octubre un pequeño paquete fue enviado a George Lusk, que era el cabecilla del comité de vigilancia de Whitechape. Dentro había medio riñón humano y una carta de alguien afirmando ser el asesino, y que eso era parte del riñón que le había extraído a Eddowes. Es imposible saber con seguridad si el Destripador la envió. La mayoría de los argumentos a favor de que la escribió Jack se han basado en información inexacta y más en los mitos que en los hechos que rodearon el caso. De todas formas, Eddowes sufría de la enfermedad de Bright y la descripción del riñón enviado encaja con el aspecto de un riñón con esa enfermedad.
PRUEBAS
En una época anterior a la ciencia forense e incluso a las huellas dactilares, la única forma de probar que alguien había cometido un asesinato era sorprenderlo en el acto, o conseguir que confesase. Los asesinatos de Whitechapel, desafortunadamente, sucedieron en ese periodo. Un rasgo interesante del caso es que no una, si no dos fuerzas policiales llevaron a cabo investigaciones. La policía Metropolitana conocida como Scotland Yard, fue encargada de los crímenes cometidos en los alrededores, menos los cometidos en la propia ciudad de Londres. La cual tenía su propia policía. Cuando Eddowes fue asesinada, fue en su territorio y eso los metió de lleno en el caso. Se cree que el rango y el expediente de las dos fuerzas se olvidaron y que trabajaron bien juntas, pero hay pruebas de que los veteranos de ambas fuerzas no. Hasta qué punto, si es que sucedió así, su falta de cooperación afectó a la resolución del caso, no se sabe. La mayoría de las fuentes no culpan a ninguna de las dos de errar en la resolución del misterio de Jack el Destripador, se ha de tener en cuenta que atrapar a un asesino en serio es una tarea difícil incluso con la ciencia y la tecnología actuales. A parte de hacer autopsias y tomar declaración a todo el que podía saber algo, había poco más que se pudiese hacer. La gente de la época creía que la policía era incompetente y que el comisionado, Sir Charles Warren, era sólo bueno a la hora de disolver tumultos y mantener el orden, más que para el trabajo detectivesco. Fue especialmente criticado por no ofrecer una recompensa con la esperanza de que algún cómplice delatase al Destripador. De hecho, Warren no tenía objeciones a ofrecer una recompensar y era su superior, Henry Matthews. quién rechazaba la idea. La policía de la ciudad de Londres parecía haber hecho un mejor trabajo aunque tampoco atraparon al asesino. Los oficiales de policía de la ciudad hicieron dibujos de la escena del crimen, sacaron fotografías a la víctima Eddowes, e incluso aunque no estaba en su jurisdicción, sacaron fotografías de la víctima Kelly. Fue la única víctima fotografiada en la escena del crimen. Una de las diferencias entre el liderazgo de las dos fuerzas fue por el grafito encontrado en Goulson Street la noche del "doble evento". Un trozo del delantal de Eddowes, que el Destripador usó para limpiar su cuchillo, fue encontrado en una entrada que tenía un mensaje en la puerta. Ese mensaje, "Los Juwes son los hombres que no serán culpado por nada", podría haber sido escrito por el Destripador y los oficiales de policía de la ciudad querían fotografiarlo. Warren creyó que dejarlo ahí hasta que hubiese luz para sacar la fotografía podía causar disturbios contra los judíos que vivían en Whitechapel, por parte de los fanáticos residentes ingleses que ya los creían responsables de las muertes. Warren ni siquiera aceptó borrar o cubrir sólo la palabra "juwes". Al final la policía nunca detuvo a ningún sospechoso por los asesinatos cometidos por Jack el Destripador, lo que muestra que no tenían suficientes pruebas para ganar un juicio.
SOSPECHOSOS
En 1894, Sir Melville Macnaghten, entonces jefe de policía, escribió un informe confidencial en el que nombra a los tres sospechosos principales. Aunque alguna información respecto a al sospechoso que él creía más probable estaba disponible desde finales de siglo, el nombre de ese sospechoso no se hizo público hasta 1959. El sospechoso de Macnaghten era M.J Druitt, un abogado que ejerció de profesor y que se suicidó en Diciembre de 1888. Desafortunadamente para Macnaghten, que escribió su informe de memoria, ciertos detalles sobre su información sobre Druitt son erróneos. Según el jefe de policía, Druitt era doctor y tenía 41 años, y se suicidó inmediatamente después del asesinato de Kelly. En realidad, Druitt tenía 31 años, no era doctor y se suicidó casi un mes después de el último asesinato "canónico". Ningún otro oficial de policía apoyó los alegatos de Macnaghten, y uno, de hecho, declaró que la teoría era inadecuada y el que suicidio era, como mucho, una prueba circunstancial de que el doctor ahogado era el Destripador. Aunque todavía es posible que fuese el Destripador, la información correcta recogida hasta ahora lo convierte en un candidato improbable. 
En 1903, Frederick Abberline, un detective retirado que había estado al cargo de la investigación a ras de suelo, declaró que pensaba que Severin Klosowski (envenenador en serie de sus propias esposas), alias George Chapman, podría ser Jack el Destripador. Igual que con Macnaghen, ningún oficial estuvo de acuerdo con su opinión y la técnica moderna de creación de perfiles de asesino en serie tiende a rechazar a Klosowski como candidato serio. 
El nombre del segundo candidato de Macnaghten se confirmó a principios de los 80: Aaron Kosminski, cuando un investigador dio con la copia que tenía Donald Swanson del libro de memorias de Robert Anderson. Tanto Swanson como Anderson eran oficiales que participaron el investigación sobre el Destripador, de hecho, fue a los que se dio la responsabilidad de estar al cargo del caso. Anderson había escrito en sus memorias, que salieron a la luz en 1910, que la policía sabía quien era el Destripador. Según Anderson, el Destripador era un judío polaco que fue encerrado en un manicomio después de los crímenes, y murió poco más tarde. Swanson había escrito ciertas notas en el libro, respecto al sospechoso de Anderson, y escribió que su nombre era Kosminski. A primera vista parecía que el caso había sido resuelto, pera la investigación ha encontrado unos cuantos problemas con esta teoría. Ningún oficial apoyó el alegato de Anderosn, y las anotaciones de Swanson parecen cuestionar las afirmaciones de de su superior, más que reafirmarlas. Aaron Kosminski existió de verdad, y fue encerrado en un manicomio. Los documentos lo describen como un lunático dócil e inofensivo que oía voces y sólo comía cosas de la basura. Las fechas de su encierro son incorrectas, y no murió poco después, si no que vivió hasta 1919. Algunos investigadores han intentado explicar los problemas mencionados diciendo que el apellido Kosminski se confundió con el de otro judío polaco loco que sí era peligroso. 
La búsqueda continúa. El tercer sospechoso de Macnaghten, Michael Ostrog, ha sido investigado y no hay nada que indique que fuese nada más que un embaucador y un demente. 
El doctor Francis Tumblety, el último sospechoso serio, sólo fue descubierto por los estudiosos de los asesinatos del Destripador en 1993. Un coleccionista obtuvo un paquete de cartas que pertenecían a un periodista especializado en el crimen llamado G.R. Sims. Entre estas cartas había una de John Littlechild, que había estado a cargo del Departamento Secreto de Scotland Yard en la época de los asesinatos. Data de 1913, y Littlechild escribe a Sims: "Jamás oí nada del Dr. D (muchos asumen que es una referencia a Druitt, ya que Macnaghten pensaba que era doctor y Sims era confidente del jefe de policía) en relación a los crímenes de Whitechapel pero entre los sospechosos, y para mí es uno muy probable, estaba un un Dr T....   Era un curandero americano llamado Tumblety". Un libro escrito por el coleccionista que encontró la carta se toma grandes molestias para demostrar que Tumblety es la solución definitiva al misterio. Desafortunadamente, no lo consigue. No hay duda de que Tumblety era un sospechoso legítimo y que cuando se fue a América, Scotland Yard mandó detectives a investigarlo. Es improbable que Scotland lo continuase viendo como un serio sospechoso. James Monro, que sucedió a Warren y fue jefe del Departamento Secreto antes de ser Inspector Jefe, pensaba que el asesinato de Alice Mackenzie en julio de 1889 era obra del Destripador. Declaró, en 1890, que no sabía quien era el asesino de Withechapel pero que estaba trabajando en su propia teoría. 
INVESTIGACIONES SOBRE EL DESTRIPADOR
En la época de los asesinatos y durante los siguientes años, mucho se escribió sobre los mismos, incluidos algunos libros de tipo sensacionalista. La mayoría no tienen ningún valor y sólo ayudaron a crear varios mitos que han entorpecido los intentos serios de descubrir qué pasó realmente ese otoño en Londres. 
A parte de las memorias de los oficiales de policía que trabajaron en el caso, que son valiosas, poco más se escribió hasta después de la Primera Guerra Mundial. En 1929 se publicó el primer libro completo en inglés sobre el Destripador, "El Misterio de Jack el Destripador, de Leonard Matters". Una vez más había un interés creciente por los crímenes de Whitechapel y el Destripador aparecía en ensayos y en obras de ficción como Alfred Hitchock's The Lodger. El verdadero interés se despertó en los años 50 (aunque en realidad siempre había estado ahí). Dan Farson hizo un programa de televisión sobre el Destripador y descubrió documentos de MacNaghten. Los primeros libros realmente buenos empezaron a publicarse en los 60, como el Otoño de Terror (Autumn of Terror) de Tom Cullen, y Jack el Destripador: Hechos y Ficción (Jack The Ripper: Fact and Fiction) de Robien Odell. El interés en Jack el Destripador acabó de explotar en 1970, cuando salió una nueva teoría en la que el nieto de la reina Victoria, el príncipe Albert Victor, duque de Clarence y Avondale, era acusado de ser el Destripador. Igual que su némesis en la ficción, Sherlock Holmes, los años 70 vieron como Jack era asociado con alguien famoso, o se le identificaba directamente como alguien famoso. Fue una década en la que también aparecieron algunas entretenidas pero totalmente absurdas teorías de la conspiración sobre el Destripador. Conjuras que implicaban a los masones, médicos de la corte, y siniestras figuras de organizaciones ocultas, han desfilado ante el público como la solución definitiva. En medio de la locura surgieron algunas cosas buenas. The Complete Jack the Ripper, the Donald Rumbelow, fue publicado, y los archivos policiales de las investigaciones fueron puestos a disposición de todo el mundo. Los 80 vieron una oleada de libros publicados para sacar dinero del 100 aniversario de los asesinatos de Whitechapel, y pruebas perdidas fueron devueltas anónimamente a la policía y las anotaciones de Swanson a las memorias de Anderson se encontraron. La Unidad de Ciencias del Comportamiento del FBI hizo un perfil criminal del Destripador, y detalles de los asesinatos se discutían en varias revistas profesionales. Durante los 90, han aparecido dos nuevos libros que son obligatorios para los interesados en los asesinatos del Destripador. Jack the Ripper A to Z, de Paul Begg, Martin Fido y Keith Skinner es imprescindible para investigar y The Complete History of Jack the Ripper ha reemplazado el valioso libro de Rumbelow como la fuente autorizada de información. Un interesante diario falso supuestamente escrito por el Destripador fue publicado y la auténtica carta sobre el sospechoso Dr Tumblety fue puesta también a disposición del público. 
El Futuro
En los últimos diez años se han recuperado más pruebas, se ha recogido nueva información a través de la joven ciencia criminalística, y no se había tanta investigación seria sobre el misterio de Jack el Destripador desde que se cerró oficialmente el caso en 1892. Después de más de 100 años el caso aún es fascinante, y todavía se están obteniendo resultados a través de la investigación. Nick Warren, un estudioso de los crímenes, y cirujano, estudió la segunda fotografía de la escena del crimen de Kelly que fue descubierta recientemente. ¡Y fue capaz de establecer que se usó un hacha para cortar una de las piernas de la víctima! La probabilidades de que el caso sea resuelto alguna vez están abiertas a debate. Si la policía lo resolvió pero por alguna razón mantuvo la identidad del Destripador en secreto, entonces creo que hay buenas probabilidades de que la respuesta se descubra. Desafortunadamente, pienso (y creo que también la mayoría de los estudiosos serios del caso) que la policía no resolvió el caso. Los oficiales de la policía tenían firmes opiniones sobre quién era Jack el Destripador. pero no la policía al completo. Esto hace el reto mucho más difícil, ya que los investigadores de hoy en día deben encontrar nuevas pruebas más que recuperar lo que se ha perdido. Las pruebas perdidas son muchas. Prácticamente todos los archivos de la Policía de la City de Londres se perdieron en los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial. Lo que queda de los archivos de la Policía Metropolitana están disponibles para el público pero son escasos. Algunos han afirmado que los archivos fueron destruidos a propósito para mantener la identidad del asesino en secreto. La verdad es más pedestre y menos romántica. Casi desde el principio la gente se llevó informes como souvenirs. A menudo, en aquellos días tan lejanos, cuando la policía salía de la habitación, los recepcionistas iban a la estanterías y simplemente se llevaban los informes. Cuando Abberline fue entrevistado en 1903, el periodista notó que el inspector retirado estaba rodeado de informes oficiales. Una vez, tras la muerte de un oficial de policía retirado, se encontró una inmensidad de informes sobre sus viejos casos en sus posesión. Los "ripperólogos"  modernos no eran inmunes a la caza de souvenirs. Parece perfectamente posible que la identidad de Jack el Destripador pueda ser descubierta algún día; podría ser alguno de los sospechosos serios mencionados aquí, o uno que la policía no tuvo en cuenta por arrogancia, hace tantos años. O puede ser alguien completamente desconocido hasta la fecha. El futuro podría revelar el nombre del Destripador. O no. 

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